ASPECTOS ECONOMICOS

Mito No.1 Cuando el  río suena, piedras lleva…. Si a la floricultura colombiana tanto se le critica algo debe andar mal.
REALIDAD... La floricultura es víctima de su propio éxito. En el contexto internacional, desplazó compitiendo con producción local a países consumidores a donde exportaba y vendía su producto, lo cual explicablemente ha causado críticas y retaliaciones injustas. A nivel local, ha tenido significativos impactos socioeconómicos y ambientales, muy positivos en las áreas de producción, y ha creado nuevas fuentes de trabajo a veces compitiendo con otras, dando empleo formal, incidiendo principalmente en las áreas rurales donde ha imperado la informalidad.
Es una actividad agrícola con alto grado de sofisticación. Sus niveles de exigencia en términos administrativos y  laborales son elevados, más que en la mayoría de otros sectores agrícolas.


Mito No 2. La floricultura es un sector que ha sido rentable mientras ha ido cabalgando sobre la devaluación del dólar
REALIDAD… Para que cualquier negocio sea rentable y sustentable en el tiempo, los precios de sus productos y de sus costos de producción, y el valor de la moneda deben variar en la misma dirección y proporción. En el caso de un producto de exportación como las flores, que se comercializa en dólares, su valor, su devaluación,  deberían ser iguales o similares a la inflación.
 
En Colombia ha ocurrido lo contrario y durante los últimos cuatro años al productor se le han disminuido sus ingresos en un 30%, sus costos de producción se han incrementado anualmente del orden del 10 % y los precios se han mantenido iguales. ¿Dónde estaría cualquier empresa si los precios de sus productos se congelaran, sus costos subieran anualmente y sus ingresos disminuyeran en los porcentajes mencionados por varios años consecutivos? 

Mito No 3. Los floricultores deben solucionar el problema de la revaluación del dólar siendo más eficientes, aumentando productividad y reduciendo  costos. Los productores colombianos simplemente tienen que producir más eficientemente y vender a más altos precios.
REALIDAD...  La floricultura colombiana es una actividad agrícola de muy alta tecnificación y productividad, las cuales se han aumentado al máximo en los últimos años. No de otra manera se explica que haya logrado la posición de liderazgo con que actualmente cuenta en los mercados internacionales.
 
Pero esto no puede seguir indefinidamente, la productividad tiene sus límites. Hay que recordar la elemental ley económica de los rendimientos decrecientes. En precios el mercado es “cuasi-perfecto”: Muchos vendedores y muchos compradores…. oferta y demanda…. que los fijan, ninguno con capacidad de establecerlos independientemente.


De otra parte, la cartelización está prohibida en los países a donde Colombia exporta su producción de flores.